Todo en este plato de ossobuco a la milanesa resulta perfecto: la suavidad de la carne que se consigue con la cocción lenta en la deliciosa salsa, la melosidad y el sabor a azafrán del risotto, y la sorprendente frescura que aporta la gremolata.
Todo en este plato de ossobuco a la milanesa resulta perfecto: la suavidad de la carne que se consigue con la cocción lenta en la deliciosa salsa, la melosidad y el sabor a azafrán del risotto, y la sorprendente frescura que aporta la gremolata.
Para la gremolata:
Para el risotto de azafrán:
Para la gremolata:
Para el risotto de azafrán: