En cuanto se enteran de que hay albóndigas con tomate y albahaca para comer se emocionan. Les encantan, así que se han sentado a la mesa casi sin quitarse el abrigo dispuestos a devorarlas.
En cuanto se enteran de que hay albóndigas con tomate y albahaca para comer se emocionan. Les encantan, así que se han sentado a la mesa casi sin quitarse el abrigo dispuestos a devorarlas.
Para las albóndigas:
Para la salsa de tomate:
Para freír las albóndigas:
Para las albóndigas:
Para la salsa de tomate:
Para freír las albóndigas: